lunes, 7 de mayo de 2018

Confusos despertares

Camino por un lugar en ruinas que identifico como el instituto donde antes impartía clases, aunque más tarde no lo reconozca como tal. Todo está a media luz y de repente, aparece alguien a quien en algún momento quise mucho; me pide que la ayude, algo la persigue y está asustada, tenemos que salir de ese sitio, pero no aguanto las ganas de abrazarla, ella no me lo impide; pero al momento me doy cuenta que ya no la tengo entre mis brazos, en su lugar, ahora llevo un gato negro acunado en mi pecho. Subo por un ascensor de aquellos antiguos que traquetean a cada movimiento y cuyas puertas están formadas por una especie de rejas romboidales retráctiles. Salgo al pasillo con el gato entre mis brazos, que me muerde y araña para que lo deje bajar, de nuevo es ella, que con una sonrisa me dice que se tiene que ir, que un hombre con un apellido que no me suena de ninguna parte la está esperando afuera. Yo estoy preocupado, no tanto por ella, como por el hecho de que no sé dónde están el resto de mis alumnos...

***

Despierto desorientado, completamente confundido, aunque no como en las películas; dónde el protagonista se levanta repentinamente con los ojos desorbitados después de una pesadilla y bañado en sudor. No, mi despertar es lento, aún tengo la sensación de preocupación por mis estudiantes, pero no sé dónde estoy, no sé que día es, ni mucho menos que hora. Dejo que pasen un par de minutos, miro el reloj del teléfono y por fin logro ubicarme; jueves, casi 22:00 horas, mi cama, mi habitación, a oscuras. Le escribo a una de mis ex-alumnas, una de aquel reducido grupo con el que todavía mantengo contacto, para saber si todo está bien; no hay respuesta y tampoco la espero, ha de estar ocupada, pero mi confusión inicial va pasando y ahora estoy mejor ubicado en mi realidad. Aunque me dispongo a seguir durmiendo.

Todo lo anterior se corresponde a una situación real y cotidiana,  de aquellas en las que despertamos confundidos sin saber dónde estamos, cómo llegamos ahí, ni que hora o día es. Ese tipo de cosas ocurren más cuando somos niños; aquellos que tengan pequeños en casa, entenderán mejor. Es más usual que ocurra cuando dormimos a deshoras; por ejemplo cuando dormimos en el día y no estamos acostumbrados a ello o cuando dormimos en un lugar en el que habitualmente no lo hacemos. Sin embargo, a pesar de lo cotidiano del hecho, no puedo dejar de preguntarme ¿Por qué ocurre?, lo que me lleva a querer averiguar un poco más, no investigar; eso implicaría levantar teorías, hipótesis, hacer experimentos y otras cosas que no son mi especialidad, al menos no en este campo. Un par de clicks, una búsqueda rápida por las redes son suficientes para resolver mis dudas. Así que acá empieza el verdadero post.

A los síntomas anteriormente descritos se les conoce como 'Borrachera del sueño' aunque no se debe confundir con la sensación de somnolencia  y cansancio que se experimenta después de dormir muchas horas, aunque por alguna razón, los expertos en el tema, han decidido darle el mismo nombre (Para más información al respecto podés leer aquí). Se trata de un trastorno menor del sueño que además de desorientación, puede implicar torpeza en los movimientos, habla lenta, dificultad para recordar cosas, mal humor, agresividad y que después se olvide de lo sucedido en esos instantes. Ese estado de confusión puede variar desde unos segundos a un par de minutos en situaciones normales, o desde media a una hora en personas que sufren otros trastornos del sueño. El nombre técnico de este estado al que se conoce también como 'Despertar confuso' es 'Arousal confusional'. Es más habitual en niños pequeños y en personas adultas con trastornos mentales, que sufren de estrés, ansiedad o algún cuadro de depresión.

Según algunos investigadores, dicho trastorno, especialmente las reacciones agresivas estarían relacionadas con un mecanismo de defensa que utilizan los animales para reaccionar a cualquier ataque cuando son despertados de forma repentina. Por otra parte los científicos May-Britt y Edvard Moser sostienen que los recuerdos están agrupados por "paquetes" y que cada uno tiene una duración aproximada de 125 milisegundos, por lo que al despertar, es normal que sea difícil recordar algunas cosas, pues el cerebro está intentando procesar muchos recuerdos al mismo tiempo.

Algunas de las recomendaciones según los expertos para prevenir los despertares confusos, son los siguientes:

  • Establecer horas fijas para irse a la cama.
  • Relajarse y disminuir el estrés antes de acostarse.
  • Hacer actividad física con frecuencia.
  • Evitar ver películas o series muy estimulantes antes de dormir.
  • Evitar tener en la habitación aparatos electrónicos como televisores, PC's, teléfonos móviles, tabletas y demás.
  • Acudir al médico, cuando los despertares confusos sean muy frecuentes.
Para más información puedes consultar en los siguientes enlaces:


No hay comentarios.:

Publicar un comentario