martes, 10 de julio de 2018

A una persona inagotable

Pocas personas conocí iguales a ella, con un cigarro en la boca y sus lentes de cristal que le brindaban ese aire intelectual. Perla blanca de ciudad Santiago, profesional sin descanso.

En su cabeza las ideas bullen y en sus manos las letras bailan, pero lo que nunca podré olvidar, serán sus ojos de verde coral.

Ella no puede contemplar el sueño por las noches, ya que las pesadillas la atormentan y sus mañanas son tan fugaces que apenas alcanza a parpadear, pero a pesar de todo, ella nunca descansa.

Con sus manos ha curado mil heridas, de las batallas de la vida y las batallas del amor, pero nadie se percata que lleva roto el corazón.

Por darle un abrazo, mi mundo yo diera, por enjugar sus lágrimas, hasta la vida entera, pero ella ya no está, joya de mi corazón.

Julio de 2018.


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