martes, 14 de julio de 2015

Del tiempo que pasó

Hoy regresás preguntando por mí
queriendo saber de mi pasado, mi futuro y mi presente
hoy regresás como si no hubiese pasado el tiempo
volvés buscando un saludo y una conversación sencilla
me das un abrazo y me saludás como si fuese tu amigo
venís buscándome porque un rumor despertó tu curiosidad
tal vez tu ego se siente herido al pensar que me perdiste
venís y me preguntás por qué mis respuestas son cortantes
te quedás pensando y asumís que estoy ocupado
sin darte cuenta que el tiempo pasó entre vos y yo
¿qué podría decirte ahora?, si vos ya lo sabés todo.

Venís a mí con una actitud amable innecesaria
con un interés extraño que no terminas de explicar
tratando de hacerme sentir culpable por mi indiferencia
pidiendo disculpas por cosas ya olvidadas
como si en su momento hubieran sido poco importantes
hoy volvés con tu inocente mirada y tu sonrisa brillante
como si nos encontráramos por primera vez
venís contándome cosas de tu vida cotidiana
asumiendo que me interesan, pero entendé que no es así
ya no sos el centro de mi mundo y tu presencia me molesta
lo siento pero es verdad, ahora sólo quiero huir.

De repente soltás una lágrima y la rabia aparece en tu mirada
te ahoga la impotencia de no poder manipularme
tal vez la misma impotencia que sentí yo cuando te fuiste
con esfuerzo intento ser cordial, aunque sea sólo por orgullo
pero no es mi cordialidad lo que vos querés
lo que necesitas está mucho más allá, aunque no logrés comprenderlo
aquello que querés está completamente fuera de tu alcance
intentar manipularme ya no te sirve de mucho
ahora tenés que admitirlo, perdiste a tu juguete
y yo tengo cosas más interesantes que hacer
por ejemplo, seguir muriendo en paz.

10 comentarios:

  1. Un relato que nos deja entrever que el protagonista ha olvidado a ese amor que le hizo tanto daño. Aunque la frase final es demoledora. Me lleva a pensar qeu en realidad no ha superado ese amor, aunque consiga su venganza.
    Un abrazo.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. ja, ja, ja, ja, no se sabe María, pero a veces es mejor dejar pasar lo que te hace daño.

      Un abrazo mujer, gracias por pasarte y comentar ¡cuídate!

      Borrar
  2. Ostras... Qué historia... Una historia donde uno sufrió sin duda, y demasiado. Y cuando por fin consiguió superarlo, regresa con su "inocente mirada y sonrisa brillante"...
    Muy bueno Andrés, echaba de menos tus escritos :D
    ¡Abrazooo!

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Je, je, je, esos son los fantasmas del pasado que a veces regresan para atormentar.

      Un abrazo para vos también Carmen, gracias por pasar y saludar.

      Borrar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderBorrar
    Respuestas
    1. Ah, bueno SJ, si se te ocurre algo o hay un ventanal en particular que querás mostrarme yo con gusto te acepto la invitación ;)

      Borrar
    2. Me refiero a que mires mas allá. No hablaba de ventanales en particular.

      Borrar
    3. Bueno, pero en caso de que te encontrés un ventanal grande con una vista agradable de todas formas me invitás ;)

      Borrar
    4. Eres un pillo.
      Para estar en el suelo muriéndote, tienes muchas ganas de vivir.

      Borrar