Este desafío ya ha entrado en su recta final y hoy corresponde responder la pregunta 21. No tengo nada grave en contra de ningún juego, solo el D&D 4.0 me causó cierta incomodidad, pero eso ocurrió desde su lanzamiento. Para un evento me llamaron a que dirigiera y desde ese entonces nunca más lo volví a jugar (no me interesa tampoco); sin embargo no podría decir que no entendería que a alguien le gustase, porque para los gustos los colores.
Lo que si nunca podré entender es que alguien juegue en una mesa que no le gusta o que un director cree partidas que no le gustan a sus jugadores habituales solo porque él es el director y san se acabó. Nunca podré entender que la gente pase meses y años en esas partidas molestas de nunca acabar, en las que no hacen más que bostezar solo porque "hay que mantener el hobbie". Eso nunca lo podré entender.
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