miércoles, 4 de noviembre de 2015

Cuervos

Cuervos a pleno sol, es raro, paso de largo pero sigo pensando en la imagen del cuervo cantando. Aún asocio a los cuervos con la noche y me resulta raro verlos de día, gracias a la imagen clavada en mi mente por el relato de Poe. Estoy sudando y sólo espero la hora de llegar a mi apartamento. Mi ropa está transpirada, huelo mal y me pica la espalda, llevo ya un buen rato intentando rascarme, pero es incómodo hacerlo en la calle.

Llego a casa, tiro la ropa en cualquier lado y voy por una ducha. Al salir, siento el cuerpo un poco más fresco y sin embargo no puedo sacarme este incómodo escozor. Aún tengo la imagen del cuervo fija y decido investigar un poco más al respecto, no puedo simplemente quedarme con la duda. Cuando algo se me mete en la cabeza, no descanso hasta averiguar del tema hasta el más mínimo detalle; creo que tengo algún trastorno obsesivo compulsivo. Para ser sincero, no sé bien que es eso pero suena interesante, creo que leeré sobre ello, después de averiguar un par de cosas sobre los cuervos.

Busco un libro de zoología en mi biblioteca, pero hay tantos animales descritos ahí, que la información que me ofrece sobre los cuervos es bastante escasa. Apenas si, tamaño, color del plumaje y algunos hábitos comunes de dos o tres especies. Siento que mi curiosidad no está satisfecha y voy a la PC, En la red obtengo más información sobre los cuervos que en mis viejos libros, cosa que no deja de parecerme triste. No hay nada mejor que sentir el olor a papel y tinta, pero debo aceptarlo, la facilidad de acceder a una página web y la cantidad de información encontrada, superan por mucho mi limitada biblioteca.

Algunas cosas de las que encuentro me parecen fascinantes, por ejemplo, el hecho de que sean comparados en inteligencia con delfines y chimpancés. Sigo leyendo y me parecen cada vez más interesantes, nunca hubiera imaginado que pueden imitar el habla humana y otros sonidos como ruidos de motores o la cadena del inodoro. También encuentro varias cosas que no me sorprenden, numerosos mitos, leyendas y creencias supersticiosas que los relacionan con entidades demoníacas, almas en pena y otros entes malignos.

Continúo mi lectura y encuentro otros datos que me parecen incluso graciosos, por ejemplo el hecho de que les guste jugar, gastarse bromas entre ellos, hacer y coleccionar juguetes. A esta altura, mi interés por estos animales ha aumentado significativamente y empiezo a divagar con la idea de tener uno como mascota. Desde siempre he sido reconocido por mis excentricidades y sé que a ninguno de mis conocidos, le sorprendería entrar en mi sala y ver un cuervo parado en la percha que le de las "buenas tardes".

Mi investigación acerca de los cuervos está por concluir, de seguro olvidaré el tema y me centraré en otra cosa, claro, hasta el momento que vea el chance de adoptar un cuervo como mascota. Me recuerdo a mí mismo que ahora debo buscar sobre el "trastorno obsesivo compulsivo", sin embargo hay algunos datos más que llaman mi atención, como el hecho de que se trate de animales sociables que sean capaces de sentir empatía por sus congéneres y que además de eso, forman pandillas en su juventud para sobrevivir más fácilmente hasta que alcanzan la edad de apareamiento y finalmente el que como muchas otras aves, tengan una única pareja hasta la muerte. De seguro que un par de amigos aprenderían un poco de estos animales.

El calor de la tarde aún me parece molesto a pesar de no hace mucho haber tomado una ducha y me doy cuenta que mi pequeña investigación me distrajo de la terrible comezón en mi espalda. Busco cualquier cosa para rascarme, ahora lo que sea me vale, pero no veo nada satisfactorio a la mano. Estiro mis brazos por detrás de la espalda, en una serie de contorsiones que a mí mismo me parecen ridículas, hasta que con la yema de los dedos alcanzo a sentir un extraño objeto que se clava en mi piel. Al simple tacto me parece un mechón de cabello largo y endurecido, lo cual me resulta bastante extraño. Hago acopio de todo mi valor y tiro del objeto que se desclava de mi piel causando un intenso dolor. Me retuerzo un momento y lanzo un insulto a la nada mientras se me llorosean los ojos, para finalmente enmudecer de espanto con el objeto que acabo de arrancar de mi espalda; una pluma negra, larga y brillante.



2 comentarios:

  1. Esto está hecho para ser perturbador, pero sabes?
    Terrible es que ahora rascarme la espalda no tenga el mismo significado >.<
    Muy buen relato, algo curioso y en parte se confunde mucho con la realidad así que sólo diré que no vuelvo a buscar información sobre los cuervos D:

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    1. Pero ¿por qué? si ahí mismo dice que los cuervos son aves magníficas. Que mal que desprecies a tan simpáticos animales.

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