Esa maldita mirada que me observa burlona desde la penumbra
Siento la maldad de esos ojos crueles que me perturba
y esa insidiosa sonrisa que disfruta con mi tormento
Aléjate demonio, ¿qué quieres de mí? ¡déjame en paz!
Puedo percibir tus deseos perversos en el aire que me ahoga
Y tu satisfacción con cada una de mis derrotas
Aléjate y no te me vuelvas a acercar.
Un momento, pero si esto es... Un espejo...
Julio de 2015.
Unos versos inquietantes, la verdad. Triste mirarte en el espejo y descubrir que tu mirada está anegada de oscuridad...
ResponderBorrar¡Abrazo!
Jeje, un poco perturbadores tal vez. Un abrazo grande Carmen, gracias por pasarte y comentar, como siempre tus visitas son muy gratas en este rincón.
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